Jack Gulliver no podía dar crédito a sus ojos. ¿Qué estaba haciendo Nina en una maternidad? Quería saber porque lo había abandonado hacía ocho meses. Un momento. ¿Ocho? ¿Era posible que estuviera allí porque había dado a luz un hijo suyo? Era verdad que hacía ocho meses se había despachado a gusto contra los niños, pero estaba dispuesto a cambiar. Seguía echando terriblemente de menos a Nina, y no pensaba dejar escapar esta oportunidad de recuperarla.
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