Con los pies hinchados y aquella enorme tripa, Ryanne Rieger no esperaba llamar la atención del cowboy más sexy de la ciudad. A Tom Hunnicutt no parecía importarle lo más mínimo el hecho de que ella hubiera vuelto a la ciudad a punto de convertirse en madre soltera. ¿Por qué demonios estaba tan pendiente de ella?
Por algún motivo, Tom no conseguía quitarse a Ryanne de la cabeza; había algo tremendamente molesto, a la vez que poderosamente atrayente, en esa mujer que parecía no tener miedo de nada. Lo último que necesitaba Tom en aquellos momentos de crisis era implicarse con Ryanne Sin embargo, eso fue precisamente lo que hizo.
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